La operadora de origen rumano DIGI ha dado un paso decisivo en su estrategia de crecimiento en España al activar su propia red 5G, marcando así el inicio de una nueva etapa de autonomía tecnológica y reduciendo su histórica dependencia de Movistar.
Durante años, DIGI ha operado como un Operador Móvil Virtual (OMV), utilizando la infraestructura de Telefónica para ofrecer servicios móviles y de roaming nacional. Sin embargo, en los últimos meses, la compañía ha comenzado a desplegar su red propia, con más de 50 antenas activas en distintas provincias del país.
Este despliegue forma parte de un plan que contempla la instalación de 10.000 nodos 5G y la cobertura de fibra para 20 millones de hogares en los próximos tres o cuatro años. La inversión prevista asciende a 2.000 millones de euros hasta 2028.
DIGI ha optado por una arquitectura 5G SA (Standalone), que permite operar de forma autónoma sin depender del núcleo de red de terceros. El despliegue se centra en la banda de 3,5 GHz, ideal para equilibrar cobertura y rendimiento, y complementa con bandas bajas como la de 700 MHz para zonas rurales.
La red 5G incorpora un conjunto de tecnologías avanzadas que optimizan tanto el rendimiento como la eficiencia operativa. Entre ellas destaca Massive MIMO, que incrementa la capacidad de transmisión mediante múltiples antenas por emplazamiento; beamforming, que orienta dinámicamente las señales hacia los dispositivos para maximizar la eficiencia energética; network slicing, que permite segmentar virtualmente la red para ofrecer servicios diferenciados como IoT, streaming o comunicaciones críticas; y la adopción de arquitecturas basadas en SDN (Software Defined Networking) y NFV (Network Functions Virtualization), que facilitan la virtualización y orquestación dinámica de funciones de red, mejorando la escalabilidad y la flexibilidad del sistema.
Aunque DIGI sigue utilizando la red de Movistar en zonas donde aún no tiene cobertura propia, la transición será progresiva y transparente para los usuarios. La compañía ha asegurado que los clientes no notarán diferencias perceptibles entre ambas redes, garantizando así la continuidad del servicio.
Uno de los pilares de esta transformación es el modelo de “RAN Sharing” activo con Movistar, que permite a ambas compañías compartir infraestructuras y espectro radioeléctrico (en la banda de 3,6 GHz), pero manteniendo núcleos de red y gestión de tráfico independientes. Esto permite a DIGI ofrecer un servicio de calidad comparable al de los grandes operadores, pero con su propio enfoque comercial y precios competitivos.
Además del ahorro estimado del 40 % en costes de infraestructura frente a un despliegue independiente, esta estrategia permitirá a DIGI reducir de forma significativa los pagos mayoristas a Movistar, lo que se traducirá en una mejora sustancial de sus márgenes operativos y en el refuerzo de su modelo de bajo coste. Esta optimización de recursos también facilitará la escalabilidad de servicios avanzados como NB-IoT y LTE-M, fundamentales para el desarrollo de soluciones en smart cities y agricultura de precisión.
Con esta evolución, DIGI no solo consolida su posición como el cuarto operador del país, sino que también reconfigura el panorama competitivo de las telecomunicaciones en España, como una alternativa independiente de Movistar, Vodafone y MasOrange.
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